Imagina que los colores no son como tú los ves. ¿Cómo serían?
Imagina que pudieras pintar la música, escuchar los secretos de los cuadros, palpar tu aroma favorito.
Imagina que cada beso que mandas al aire, llegase por sorpresa a su destino.
Imagina que tienes que decir lo que quieres.
Imagina que imaginas y te das cuenta de que ya no imaginas. Ya es real.
Imagina que es verdad.
Entonces ¿qué querrías imaginar?