Que en un juicio donde flamencos, que se tiran a secretarias sacadas de un cuento de Disney, te acusan de algo que desconoces, los malos son bulldogs de buen corazón que sólo cumplen órdenes. Que la chica de la habitación de al lado sea una puta de buen corazón que no quiere follarte sin amor.
Al final son cosas de la mente. Son cosas que se van haciendo un hueco desplazando el pasado a codazos.
A codazos, porque a culazos ganaría el pasado.
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