viernes, 18 de septiembre de 2009

Preguntas planteadas por caricias y suspiros

Un día cualquiera, sales a la calle y te tomas un café en tu bar favorito. Ése en el que te lo sirven en vaso, con espuma, acompañado de buena música y una sonrisa. Cuando sales del bar te percatas de que la calle no es la misma que cuando entraste. ¿Cuánto tiempo has estado dentro?
Vas por la calle y notas que la gente te mira de forma extraña, y te preguntas si serán tus imaginaciones o realmente te están mirando. Y mientras piensas en el cambio de la calle y el ambiente, te encuentras de frente una gran escultura. Es una escultura que te recuerda a alguna que ya habías visto antes, a alguna que ya habías abrazado anteriormente (porque tienes la curiosa manía de abrazar a todas las esculturas de formas redondeadas que encuentras), pero no caes en cual puede ser.

Y esa pregunta se une a las dos anteriores: ¿Qué escultura es ésta?¿Porqué ha cambiado tanto la calle?¿Me mira la gente de forma extraña?

Y sigues caminando hacia algún lugar al que te dirigías, pero que ahora no recuerdas con exactitud. De repente alguien te toca en la espalda. Te giras y descubres una pequeña caricia, que te pregunta: ¿Qué te ocurre?
Le miras extrañado y cuando te dispones a responderle sin saber muy bien qué decir, te vuelve a hablar sin que tú puedas, ni siquiera, abrir la boca: Has salido de casa seguro de tí mismo, sabías hacia donde te dirigías, sabías donde estabas, y todo era normal. Nunca ninguna caricia te había hablado hasta ahora. Deja de pensar, sigue tu camino, dirigete hacia donde ibas y todo pasará.

Decides hacerle caso, aunque extrañado, ya que no entienedes lo que sucede en tu mente, pero poco a poco vuelves a pensar con claridad, vuelves a ver la calle tal y como era y nadie te mira extrañado.

Pero de pronto, todo vuelve a nublarse y otra vez, esas dudas que jamás habías tenido, vuelven a aparecer. Alguien vuelve a tocarte la espalda. Te vuelves y encuentras un pequeño suspiro que te dice: ¿Porqué dejas de preguntarte algo que tánto te intriga?¿Ha cambiado realmente la calle, o has cambiado tú la forma de verla?¿Te diriges hacia el sitio correcto?¿No prefieres ir a ver una película o una buena exposición sobre los diferentes agujeros que puede tener una pared?
...
¿Los diferentes agujeros en una pared?¿Si me dirijo al lugar correcto? No entiendes nada.
Miras de frente y ves una exposición de un escultor en medio del paseo. A tu derecha, el mar. Y te preguntas: ¿Qué coño ha pasado?¿Qué quería esa caricia?¿De dónde ha salido ese suspiro?

Y te das cuenta de que, realmente no sabes hacia donde te dirigías al salir de casa; la calle, sí, la ves algo cambiada y tienes unas ganas impensables de ir a una exposición sobre agujeros en la pared. Y te preguntas: ¿Qué cojones me está pasando?

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