El tiempo y las etiquetas ya gastadas. La mente, que baila al són de lo que canta la imaginación a pleno pulmón. Puertas y ventanas que se derrumban y te encierran en una habitación con la única luz de tres bombillas rojas. Secretos confesados en miradas que deberían ser más estudiadas. Y la intriga de unos ojos y una boca. Intriga algo más que interesante. Y, esque, nunca se puede decir toda la verdad. Y nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario